Cuidados del pie en la tercera edad: patologías comunes

podología en el pie de adultos mayores

Con el paso del tiempo, nuestros pies, suelen ser olvidados en nuestra rutina diaria. Nos sostienen, nos movilizan, nos conectan con el mundo. Sin embargo, en la tercera edad, los pies también acumulan años de caminatas, peso, calzado inadecuado y, muchas veces, descuido. ¿Entonces cuáles son los cuidados del pie en la tercera edad?

¿Sabías que más del 80% de las personas mayores sufre algún tipo de patología podal? Y muchas de ellas no se detectan a tiempo porque simplemente… se normalizan.

Hoy hablaremos de los cuidados del pie en la tercera edad, un aspecto que permite preservar la calidad de vida, la autonomía y hasta el estado de ánimo de quienes están en esta etapa.

Como especialistas en podología en Granada, vamos a hablar sobre cuáles son las patologías del pie más comunes en pacientes de avanzada edad, cómo prevenirlas y saber detectar a tiempo cualquier alteración.

¿Por qué es importante cuidar los pies en la tercera edad?

A lo largo de nuestra vida, nuestros pies recorren una media de 180.000 kilómetros. Eso equivale a dar más de cuatro veces la vuelta al mundo. En cada paso, los pies soportan una carga que duplica nuestro peso corporal. Por eso, no es de extrañar que, con el paso del tiempo, comiencen a aparecer molestias, deformidades o problemas de salud que afectan directamente a la calidad de vida.

En los adultos mayores, el pie se vuelve más vulnerable por múltiples razones: pérdida de grasa plantar, menor elasticidad, alteraciones en la circulación, sensibilidad reducida o problemas de equilibrio. Por eso, es esencial prestar atención a su cuidado diario y detectar a tiempo cualquier alteración para cuidar de los pies en los adultos mayores.

¿Qué cambios sufren los pies con la edad?

Algunos de los cambios que hacen que surjan problemas en los pies de los adultos mayores son:

  • Pérdida de tejido adiposo: la planta del pie pierde su capacidad amortiguadora.
  • Reducción de elasticidad y movilidad: afecta a tendones, ligamentos y articulaciones.
  • Problemas circulatorios y neurológicos: como el pie diabético o la neuropatía periférica.
  • Mayor riesgo de infecciones y heridas: la piel se vuelve más fina y frágil.
  • Desgaste articular: como consecuencia de artrosis o deformidades óseas.

problemas del pie en la tercera edad

Patologías comunes en el pie en la tercera edad

Unos pies sanos nos permiten vivir de forma independiente o depender del bastón, la silla o, en el peor de los casos, de otras personas. Caminar sin dolor, sin miedo a caerse, sin heridas crónicas… todo eso mejora la autoestima, la movilidad y el bienestar físico y emocional.

La piel en los pies envejece. Se vuelve más fina, más seca, menos elástica. La circulación también cambia. Los reflejos disminuyen. Todo ello hace que aparezcan o se agraven ciertas patologías que debemos de prestar atención.

Entre las patologías más comunes que afectan al pie en la tercera edad tenemos:

Pie diabético

El pie diabético es una de las complicaciones más graves de la diabetes mellitus, y una de las principales causas de amputación en el mundo. En personas mayores con diabetes mal controlada, pueden producirse lesiones que no cicatrizan y que, si no se tratan a tiempo, derivan en úlceras profundas e infecciones severas.

La diabetes afecta la circulación sanguínea y la sensibilidad de los nervios periféricos. Es decir: la persona no siente dolor ante pequeñas heridas, rozaduras o quemaduras, y al mismo tiempo, la sangre no llega con suficiente oxígeno y nutrientes para sanar los tejidos.

Se debe revisar los pies a diario, muy importante el uso de calzado cómodo y sin costuras internas. Además, de ir a citas periódicas con un podólogo cada 1-2 meses.

Hiperqueratsis

La hiperqueratosis es un engrosamiento de la capa más externa de la piel, como respuesta del cuerpo ante una presión o fricción continuada. Lo vemos en forma de durezas, callos o helomas, especialmente en los talones y las zonas de apoyo.

Aunque puede parecer solo una molestia estética, la hiperqueratosis puede causar mucho dolor, afectar la pisada y provocar heridas si no se trata adecuadamente. Además, en personas con problemas circulatorios o diabetes, es una puerta de entrada para infecciones.

Uña encarnada

La uña encarnada empieza como una molestia leve y termina en inflamación, dolor agudo, infección o incluso necesidad de cirugía. Sucede cuando el borde de la uña se clava en la piel, produciendo una herida que puede infectarse.

En la tercera edad, las uñas se vuelven más gruesas, duras y difíciles de cortar. Y si a eso le sumamos una mala técnica al cortarlas, el riesgo de que se encarnen se multiplica.

Como consejo, cortar las uñas rectas, sin redondear los bordes, y si hay problemas de visión o movilidad, lo mejor es dejarlo en manos de un podólogo.

Juanetes

También conocido como hallux valgus, se trata de una deformidad del dedo gordo que se desvía hacia los demás dedos, formando una protuberancia ósea. Causa dolor, inflamación y dificultad para calzarse. Su origen puede ser hereditario o por el uso prolongado de calzado inadecuado.

Como tratamiento se usan plantillas personalizadas, fisioterapia y en casos graves, se realiza una cirugía podológica. Lo ideal es realizarte un estudio de la pisada para ver cuál es el tratamiento más adecuado para tu pie en avanzada edad.

radiografía del pie con juanetes

Callos y durezas

Otro de los problemas comunes en el pie en la tercera edad aparecen por fricción o presión excesiva, sobre todo en zonas con mal apoyo. Aunque parecen un problema menor, pueden derivar en úlceras si no se tratan correctamente.

Es muy importante que nunca se usen callicidas sin supervisión médica. Es preferible acudir a un podólogo para realizar una quiropodia profesional.

Pie de atleta

El pie de atleta es una infección por hongos entre los dedos o en la planta del pie. Esta provoca picor, enrojecimiento, grietas y mal olor. Si quieres saber más sobre, qué es el pie de atleta accede al artículo.

Aunque para prevenir este tipo de problema en el pie en la tercera edad, simplemente realiza un secado meticuloso, evita calzado húmedo y utiliza antifúngicos en caso necesario.

Fascitis plantar

La fascitis plantar es un problema muy común en el pie de adultos mayores, provoca inflamación del tejido que recorre la planta del pie, causando dolor al levantarse o tras caminar. Suele estar asociada a cambios en el arco plantar o uso de calzado inadecuado.

El tratamiento para las fascitis es sesiones de fisioterapia, ejercicios de estiramiento y plantillas ortopédicas en caso más graves.

Hinchazón de pies y tobillos

Es de los problemas más frecuentes en pies adultos, ya que es provocada por una mala circulación, retención de líquidos o insuficiencia venosa.

Nuestro consejo de cuidado del pie en la tercera edad es elevar las piernas, usar medias de compresión y evitar estar mucho tiempo de pie.

Alteraciones del arco plantar

Con la edad, el arco del pie puede aplanarse (pie plano) o acentuarse (pie cavo), generando molestias al caminar.

La solución es usar plantillas personalizadas que ayuden a equilibrar la pisada, así por utilizar calzado adecuado que permita descansar el pie.

Tipos de pie

Hay problemas que vienen ocasionados por el tipo de pie. Por ejemplo, el pie valgo, el talón se inclina hacia fuera, lo que altera la alineación de tobillos, rodillas y caderas. Puede causar dolor y torpeza al caminar.

Si tienes un pie equino, el pie apunta hacia abajo de forma persistente, dificultando el apoyo del talón. Puede deberse a causas neurológicas o traumatismos.

Cuidados para el pie en la tercera edad

Consejos para el cuidado del pie en la tercera edad

Cuidar los pies previene dolencias y mejora el bienestar general. Algunos consejos para una rutina sencilla del cuidado del pie en adultos mayores efectiva son:

Inspección diaria del pie

Observar la piel, los dedos, las uñas, los talones. Buscar cambios de color, heridas, zonas calientes o frías, y consultar ante cualquier signo anormal.

Higiene e hidratación

Lavar los pies a diario con agua templada y jabón neutro. Secarlos muy bien, sobre todo entre los dedos, y aplicar cremas específicas con urea o aceites naturales para evitar sequedad y grietas.

Calzado adecuado

Un calzado amplio, sin costuras internas, con suela antideslizante. Por supuesto, evitar tacones altos o suelas completamente planas. Y si es posible, usa calcetines sin costuras ni elásticos que opriman.

Corte correcto de uñas

Cortarlas rectas, nunca muy cortas, sin redondear los bordes. Usar cortaúñas limpios y evitar compartir herramientas. En caso de uñas gruesas o deformadas, acudir a un podólogo especializado.

Esta es, sin duda, la mejor forma de prevenir patologías podales en ancianos. Un seguimiento profesional puede detectar a tiempo problemas que aún no duelen, pero que podrían agravarse rápidamente.

Ejercicio y movilidad

Caminar, mover los dedos, hacer ejercicios sencillos para mejorar la circulación. El movimiento es salud, también en los pies.

Controlar enfermedades crónicas

Mantener la diabetes, hipertensión o artrosis bajo control reduce el riesgo de complicaciones en los pies.

Los pies en la tercera edad son un espejo del resto del cuerpo. Cuidarlos es una inversión en salud, calidad de vida y autonomía.

Las patologías del pie más comunes en pacientes de avanzada edad pueden prevenirse con pequeñas rutinas, revisiones periódicas y, sobre todo, con conciencia. Porque un pie sano es sinónimo de libertad, y no hay edad para seguir caminando sin dolor ni caídas.

Por eso, si tienes más de 60 años o cuidas de alguien que los tiene, te animamos a observar sus pies y acudir al podólogo como parte del chequeo de salud habitual. No esperes a que duela. ¡Solicita tu cita a través de nuestro teléfono!

Referencias bibliográficas

  1. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Guía de salud del pie en personas mayores.
  2. Mayo Clinic. (2024). Foot problems in older adults.
  3. Asociación Española de Podología. Cuidados podológicos en la tercera edad.
  4. International Diabetes Federation. (2023). Diabetic foot care guidelines.
  5. Pérez de Armiñán, J. L. (2021). Podología geriátrica: evaluación, tratamiento y prevención. Editorial Médica Panamericana.
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